martes, 12 de febrero de 2013

Without a Valentine

Se acerca el 14 de febrero y aunque uno no quiera, ver tanto amor alrededor, pasa la cuenta. Aunque he tratado de vivir la vida con más optimismo del que me caracteriza, igual la idea de estar sola me deprime. No estoy hecha para estar sola. Necesito querer a alguien, entregarle afecto, cariño, mimos y cuidados varios. Cocinarle algo rico, mirarlo dormir, esperarlo de buen humor cuando llegue del trabajo y hacerlo reír. Comentar tus días, dar un beso de buenas noches y dormirte después de decir te quiero. ¿Se siente bien la libertad? Sí, pero se siente mucho mejor estar en pareja. Como que te dan ganas de ser mejor persona, dan ganas de levantarte todos los días. Es el combustible que me permite soportar un mal día, ponerle el hombro. Puede que sólo esté muy sentimental y de verdad eso hace que me cuestione más de lo normal. Me pregunto qué estoy haciendo mal, qué tengo de malo, por qué nadie me corresponde. De verdad no lo entiendo, porque aunque suene poco humilde, me considero una partner como pocas. Soy ultra fiel (hasta de pensamiento) Soy cariñosa, buena cocinera, tengo buen humor, perdono rápido, me considero una persona medianamente interesante para conversar. Soy comprensiva, aperrada, en fin, me entrego al máximo por el otro. ¿Qué más se necesita? No tengo idea. Me siento como Charlie Brown.

1 comentario:

M dijo...

por favor no perdones tan rápido.